Los niños y las niñas pueden desarrollar cierto temor al odontólogo (que incluso puede derivar en una fobia, con altos montos de ansiedad y malestar), por varias razones.
Este miedo, variable en intensidad, podría ser una conducta aprendida de los padres. Por eso, es importante que mamá y papá empiecen por analizar y controlar sus propias creencias al respecto, y las emociones derivadas de ellas.